Villa

Francisco Villa




Nací en la hacienda de río grande de San Juan del Río, Durango el 5 de junio de 1878.  Primogénito del peón Agustín Arango y de Micaela Quiñones.

Desde joven me vi obligado a huir a la sierra, perseguido por la justicia, cambiando mí nombre por el de Doroteo Arango, por el de Francisco Villa por  haber dado muerte a un hombre para vengar el honor de su hermana;  y por ahí dicen que por  haber herido de un balazo al dueño de la hacienda de Gogojito, en donde trabaje como aparcero, pero  lo que si es cien por ciento seguro es mi incorporación al movimiento de la Revolución en 1910 para apoyar a Madero, anduve  como forajido en las montañas de Durango, viviendo del fruto de los asaltos y del robo de ganado, procurando  robar a los ricos, y en algunas ocasiones repartiendo  lo obtenido entre los pobres.

Tras el asesinato de Madero en 1913, me uní  a Venustiano Carranza con el objetivo de derrocar al usurpador de la presidencia, Victoriano Huerta. Por mi audacia y valor, los jefes revolucionarios de Chihuahua, Coahuila y Durango me nombraron general en jefe de la famosa División del Norte, llamándome el Centauro del Norte, avance incontenible hacia el centro del país hasta llegar a la capital para derrocar a Huerta.

Pero una vez pacificado el país, no tardaron en surgir múltiples desavenencias entre el poderoso grupo de  Carranza y  mis villistas  y yo el “Centauro del Norte”, como se me conocía, por lo que nuevamente me levanté en armas, desconociendo al gobierno constitucionalista de Carranza y proclamando el mio  propio.

Busqué  entonces el apoyo de los Estados Unidos, pero al no obtenerlo invadí  la fronteriza población de Columbus, donde cometimos  una serie de desmanes, provocando con ello la persecución por parte del ejército norteamericano, aunque nunca nos  pudieron atrapar.

A la muerte de Carranza, amnistiado por el presidente Adolfo de la Huerta, me retire pacíficamente a la hacienda de Canutillo, en Durango, que el gobierno me donó para compensar mis servicios a la Revolución.

El 20 de julio de 1923 Viajaba en automóvil en compañía de mis lugartenientes hacia Parral, Chihuahua, fue emboscado y asesinado por  algunos de los múltiples enemigos que coseché a lo largo de mi  azarosa vida por lo que me han calificado simultáneamente como héroe y como villano.